Hace algunos días, me realicé unos exámenes de sangre que me encargó mi médico y se descubrió que tengo una ligera falta de vitamina D, por lo cual me recetó un suplemento y me dio algunos consejos que me motivaron a leer sobre el tema encontrando varias cosas interesantes que a
continuación les comparto.

La vitamina D es un nutriente liposoluble que luego de pasar por el hígado y activarse en el riñón pasa a convertirse en una hormona que ayuda al organismo con la absorción del calcio a nivel intestinal, lo cual es muy importante para que nuestros huesos se mantengan sanos, fuertes y así evitar la osteomalacia y en casos más severos la osteoporosis, como así mismo el raquitismo en niños en desarrollo y que también si ocurre antes de los 3 años puede llegar a afectar la formación del esmalte dentario y retardar la erupción dentaria de dientes temporales y definitivos. Además de esta función clásica que cumple este complejo hormonal de la vitamina D hay otras menos conocidas como la función que cumple en los músculos para producir el movimiento; en los nervios también es necesaria para la transmisión de los mensajes entre el cerebro y las distintas partes del cuerpo. El sistema autoinmune la requiere para su correcto funcionamiento y así poder defenderse de las bacterias, virus e incluso el cáncer.

La vitamina D se encuentra en las células de todo nuestro organismo y los requerimientos diarios varían entre 400 y 800 u.i. dependiendo de la edad y otros factores como la exposición al sol.

En general son pocos los alimentos que de forma natural tienen la vitamina D y además es poca la cantidad que contienen. Los pescados grasos como el salmón, caballa o atún son los que más aportan. También lo hacen en menor grado otros alimentos como el hígado de vacuno, el queso, la yema de huevo y algunos hongos.

Algunos alimentos elaborados son enriquecidos con vitamina D como la leche líquida, cereales, jugo de naranjas, yogurt, etc. por lo que se aconseja consultar las etiquetas de estos alimentos.

La más importante fuente de vitamina D, al rededor del 80% de nuestras necesidades, proviene de nuestro propio organismo. Este es capaz de producirla en nuestra piel cuando ciertas sustancias precursoras son expuestas a los rayos ultravioletas de la luz solar. Es por este motivo, que es deseable la exposición directa al sol, bastando con exponer la piel de la cara y brazos sin protector solar ni ropa que los cubra por no más de 15 minutos diarios, de forma directa (no a través de un vidrio), claro que esta situación debemos evitarla por el riesgo de contraer cáncer a la piel. Por lo
anterior, los suplementos dietéticos de vitamina D juegan un papel muy importante a la hora de una deficiencia de esta vitamina, pero estos deben ser indicados bajo estricto control médico para no caer en el exceso.

La cantidad de vitamina D se puede medir en la sangre mediante un examen de laboratorio y se estima que este no debiera ser inferior a 30 ng/mL (nanogramos por mililitro).

En resumen, las personas pueden sufrir de falta de vitamina D por no consumir o por no poder absorber suficiente cantidad de esta vitamina, por una limitada exposición solar, porque sus riñones no pueden activar la vitamina D o por medicamentos que pueden intervenir en su metabolismo. En los adultos la deficiencia de vitamina D produce alteraciones y dolor en los huesos, debilidad y fatiga en músculos y dolor en articulaciones todo lo cual puede hacer pensar erróneamente en otras patologías.

En la actualidad se realiza estudios para determinar la posible relación entre la falta de vitamina D con enfermedades como la diabetes, hipertensión, trastornos inmunitarios, esclerosis múltiple, fatiga crónica, depresión y algunos tipos de cáncer.

Por el contrario, cantidades elevadas de vitamina D en la sangre se vuelven perjudiciales, por lo que la administración de suplementos debe ser muy cuidadosa y chequeada con exámenes para no sobrepasar los límites permitidos.
La recomendación es pedirle a su médico evaluar los niveles de vitamina D en sangre y si estos son deficientes solicitar las indicaciones para suplir este déficit.

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